jueves, 9 de abril de 2015

Dejar entrar al otro en mi mundo



Muchas veces, lo más difícil no es querer, sino dejarse querer de verdad... dejarse querer supone dejar bajar las defensas, muros... dejar entrar al otro en mi mundo, en mi vida. Dejarse querer no es fácil, pero es camino hacia la felicidad, pues la única ocasión de salir a un verdadero encuentro.

Cuando nos dejamos querer los otros nos quieren y podemos  sentir también más de cerca el amor del otro, y de Dios, de la vida que nos cuida.

En cuaresma es positivo descubrir con gozo que Dios te acepta, Dios te valora, Dios espera mucho de ti, Dios te espera a ti, Dios te ama. Te ama más que nadie. Por eso te mira siempre afirmativamente, como la madre a su hijo, orgullosa de él, con la mayor comprensión y compasión. Por eso está siempre dispuesto a perdonarte, a ayudarte, a volver a empezar. Vayas donde vayas y hagas lo que hagas, te acompaña siempre una mirada afirmativa.

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